30 de junio de 2009, 02:00
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De entrada, por precio y segmento, casi podría decirse que se trata de un terminal de gama de entrada dirigido al público más joven y de presupuesto más ajustado. Sin embargo, basta tenerlo en las manos para ver que parece más de lo que es.
Carcasa plástica muy bien acabada, con botones externos para controlar la reproducción y una pantalla OLED que nos ofrece información de reproducción o llamadas cuando el terminal esta cerrado. Sin embargo lo mejor es la detección de gestos. Con el terminal cerrado, si suena una llamada o la alarma, basta pasar la mano por encima para silenciarlo. Una función curiosa aunque, quizá, poco práctica en el día a día.